sábado, 19 de abril de 2014


SOBREFUERZA DE ROSALÍA DE CASTRO


Pero CON RABIA me veréis con un corazón rebelde
convirtiendo el recuerdo en deseo indivisible;
sé que precisa fuerza tendré más allá del día,
sé que lucha adentro no será en vano.

Ávida me veréis contra las telarañas impuestas,
¡qué ruidos retarán mis latidos irresistibles!,
que iré a la multitud -aunque no me aliente-
con un puñal de lágrimas y un sol como fondo.

Mientras un grito viva abriendo la tierra,
mientras los niños se sonrían por una promesa nueva,
así será lo que no sabe nunca la noche
con raíces de luz más altas que la sangre.

Sé que precisaré de un deseo entre los huesos,
sé que tengo que amar hacia los frutos malheridos
porque se desenreden de las lluvias de lo triste,
tristes sin dudas como abandonados firmamentos.

Sé que habrá que inventar la existencia sobremanera,
que permitir los rumbos libres sin descanso casi;
mas no querré -por dignidad- a los que se encierran con sombras,
a quien se encierra así: con sombras, con sombras, con sombras.

Sí, ni a los que me habiten las cruces que no interrogan,
ni a las nubes que ignoran su abrazo fluyéndose siquiera;
no querré ¡nada!, ¡nada! hasta partirse el mundo,
si no es un poco de victoria ya viva contra la muerte.