EVA
PERÓN DESDE EL CORAZÓN DEL MUNDO
Y
qué
qué
qué
–qué–
podría decir
si
el sol ha salido como siempre
y
tenemos claridad a campo abierto
por
la esperanza infinita,
a
total amor
como
los niños jugando,
jugando
a florecer.
Aquí
la fe más viva se ha desbocado,
se
ha metido en los vientos,
se
ha atado a los pájaros,
se
ha desnortado,
se
ha estrellado contra los vuelos.
Y
qué
–qué–
podría decir, sí,
si
el pan ya se lo comen los huesos
por
no despediciarse,
si
el presagio desenfadado ya limpia la casa
porque
por lo menos se alegren los muebles
y
el florero y el columpio
ése
donde tú solías ver los rezos,
los
rezos
y
hasta Dios ver y el corazón.
El
impulso feroz e imparable es esta nueva marcha,
un
atrocísimo grito,
un
fuego de los de carne desde siempre,
un
bárbaro sur,
un
tango primaveral.
Y
qué podría decir –qué–
si
el mundo con fondo de libertad ha girado aún su viejo mundo
y
la raíz resiste del cariño
verso
a verso,
día
tras día,
golpe
a golpe
aquí
para todos los humildes anhelos a eso acostumbrados,
para
la honradez,
para
la gratitud besando las estaciones
y
las pequeñas obviedades
y
la ilusión total de cambiar algo y las nubes que pasan.
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